APRECIACIONES
DE MI PROCESO
Evaluación de pares
Gabriela Parra
«Natalia es una persona apasionada por el conocimiento, que busca absorber todo lo que su entorno tiene para aportarle y moldearlo a su manera para volver sus procesos más amplios».
Es un privilegio y un regalo de la vida haber navegado los últimos cuatro años de mi vida de la mano de una de mis artistas favoritas. Han sido cuatro años de verla crece, avanzar, madurar y convertirse en la excelente actriz y bailarina que es hoy en día. Natalia es una persona apasionada por el conocimiento, que busca absorber todo lo que su entorno tiene para aportarle y moldearlo a su manera para volver sus procesos más amplios. Puedo decir de cada clase que vi junto a ella conocí nuevas versiones de ella que sin duda son una mejor que la otra.
Fueron muchas las clases que compartimos juntas, pues de una manera muy orgánica entendimos el disfrute que era aprender y vernos avanzar, siendo espejo de la otra, ayudando a entendernos y encontrando nuestro camino. Quiero empezar mencionando las técnicas básicas, pues fue acá donde descubrí la artista tan versátil que es Natalia. Al principio de la carrera por coincidencia y azar decidimos arriesgarnos a ver clown, cuando ninguna sabía bien qué camino tomar. Esta técnica fue para ella un despertar, donde no solo yo, sino todos los que estábamos ahí, vimos el talento que tiene para improvisar, para ser vulnerable en escena y la escucha con el otro. Fue un proceso que recuerdo con nostalgia, ya que sin darnos cuenta estábamos descubriendo pasiones juntas, sé que ella fue una mentora que nos impulsó a varios a tomar riesgos en escena, ser propositivos y abrazar el error.
Más adelante, en semestres diferentes conocí a Natalia bailarina, una persona a que habla desde el movimiento e inunda los salones de clase con su presencia y seguridad al bailar. En jazz, un proceso muy exigente, vi cómo desde la técnica fue encontrando sus propios códigos, no adoptándola como una verdad sino como una guía para poder ampliar las posibilidades de su cuerpo. Fue una total sorpresa ver lo inmensa que es, ver su habilidad para volver una coreografía, un evento escénico irrepetible y valoro mucho su insistencia en nunca parar de entrenar y estudiar. También vi otra versión de Natalia en la técnica de danza contemporánea, un espacio en el que pudo explorar diferentes técnicas que le permitieron como bailarina encontrar nuevas vías por las cuales podía usar su cuerpo para comunicarse, vi como usaba sus emociones para moverse y transmitir lo que pasaba en su mundo interior, pero sobre todo vi como salía de casa clase cumpliendo esas pequeñas metas que se proponía.
Compartimos dos laboratorios juntas, el primero fue el de composición coreográfica, un mundo completamente nuevo para ambas donde por primera vez nos adentramos al mundo de la creación. Natalia entró a esa clase siguiendo reglas y salió rompiéndolas todas para obtener un resultado impactante para todos. Como lo dije antes nunca tomó nada como una verdad sino como una guía y siento que en esta clase absorbió todo lo que el maestro le ofrecía, lo transformó y con esto fue entendiendo cómo plasmar sus narrativas en creaciones propias.
El segundo laboratorio fue exploración audiovisual, en el cual tuvimos la experiencia de hacer de la mano de otros compañeros el trabajo final, un corto, en el que ella tomó el rol de dirección de fotografía, rol que desempeñó de la mejor manera. En esta clase Natalia estaba llena de preguntas y fue gracias a su curiosidad frente al mundo audiovisual que logró encontrar su lugar en un espacio diferente al teatral.
Por último quiero mencionar lo que fue ver producción de la mano de ella, una clase llena de retos, donde definitivamente debíamos aprender no solo en la clase, pero ejerciendo el rol de productores en los ensambles que nos asignarán. Natalia produjo el ensamble de sacro, fui testigo de su habilidad tan grande para solucionar, proponer y generar buena relación con sus directores y ejecutantes. Siempre estuvo a disposición no solo de su ensamble pero de el resto de la temporada. Es una persona que se entrega completamente a lo que hace y fue esto lo que le permitió obtener tan buenos resultados.
Es difícil resumir en un par de párrafos lo que ven mis ojos al verla a ella, no creo conocer a una persona con tanta pasión y entrega como ella. No es fácil encontrar artistas tan completas como ella, que hacen todo no solo desde su conocimiento sino también desde su corazón. Es para mí un ejemplo de artista y una colega que quiero tener al lado siempre, pues que importante es amar lo que hacer y amar con quien
lo haces.
Evaluación de pares
Alejandro Gómez
«A ti que me enseñaste a ser tortuga…
y llevar mi hogar a todas partes»
«Su capacidad para abrazar todas
sus identidades y llevarlas a la práctica es admirable».
Una evaluación desde el querer de su arte….En este camino de formación artística, he tenido el privilegio de conocer a Natalia Velasquez, quien ha transitado por las artes escénicas con la pasión y el vigor necesarios para encontrarse una y otra vez. Desde cuarto semestre, he podido acompañar de cerca su proceso y ver cómo Natalia explora y se transforma, convirtiendo cada cambio en una oportunidad para fortalecer su voz artística. Su capacidad para abrazar todas sus identidades y llevarlas a la práctica es admirable.
Natalia es un torbellino de emociones y talentos. La he visto manifestar su pasión, su sensibilidad y su curiosidad en cada proyecto, siempre dispuesta a aprender y a crecer. Su disposición para recibir la vida con ternura y alegría es una de las cualidades que más valoro en ella. Esta sabiduría innata le ha guiado en su carrera, permitiéndole navegar con gracia por los retos y las transformaciones que se cruzan en su sendero.
Desde el primer momento en que la conocí, me di cuenta de que Natalia es una artista multidimensional es alegre, apasionada, reflexiva y profundamente comprometida con su proceso, transformando las asignaturas en pasiones. A través de su dedicación, ha explorado distintos caminos en su formación, guiada por la danza y la actuación ha recolectado varias disciplinas, creando una combinación única que potencia su expresión artística.
Recuerdo con claridad nuestra primera clase de técnica juntos (Técnica básica de danza contemporánea con Rafael Nieves y Juana Galindo), donde la vi abordar el movimiento con un amor genuino. Natalia realizaba cada secuencia con entusiasmo, aprovechando cada oportunidad para desarrollarse técnicamente. Aunque en ocasiones enfrentaba inseguridades, siempre vi en ella un potencial inmenso para la danza, siempre buscando las maneras para llevarlo a su investigación en el teatro, un territorio de intercambio fértil que la invita a seguir explorando.
Su evolución ha sido impresionante; a lo largo de los semestres, he visto cómo se ha afianzado en su movimiento y su expresión. Su capacidad para enfrentar el conflicto como un espacio de crecimiento la convierte en una artista fuerte y creativa. Natalia tiene la habilidad de crear un ambiente seguro para el trabajo escénico, inspirada por el juego consigue siempre alentar y apoyar a sus compañeros.
En el ensamble EN BLANCO, bajo la guía de la maestra Adriana Cubides, vi a Natalia brillar aún más. Su compromiso con el proceso y su energía vital eran contagiosos, haciendo de cada ensayo un momento de gozo compartido, incluso en las ocasiones que se sentían como todo lo contrario.
Junto a Natalia enfrentamos un gran desafío juntos: ir de intercambio al Institut del Teatre en Barcelona. La llegada a esta nueva realidad fue un empujón para reencontrar y abrazar nuevas partes de nuestro ser artista. Vi como su autenticidad ayudó a Natalia a seguir buscando y poder reconectar con su cuerpo y su voz, marcando un punto de inflexión en su camino, uno que le demostraría lo grande que es ella y tambien lo grande que es el mundo, un mundo que está listo para recibirla con los brazos abiertos.
Le agradezco a Natalia por su amistad y por ser una fuente de inspiración constante. Espero que continúe abriéndose a las fuerzas de la vida, que reciba todo lo que el universo tiene para ofrecerle, y que nunca abandone el movimiento.
Evaluación de profesores
Jorge Mario Escobar
Profesor de Planta . Departamento de Artes Escénicas
Facultad de Artes – PUJAV
«Percibo que ahora la mirada de Natalia es clara, profunda e inmensamente brillante y por donde vaya podrá iluminar las rutas que emprenda».
Escribir sobre el viaje de Natalia en la carrera de artes escénicas, es escudriñar en los recuerdos para reafirmar que he sido testigo de la tenacidad de una artista que ama el oficio, que es apasionada y que, pese a las circunstancias, lucha por alcanzar sus sueños. ¿Qué es aquello que hace que una persona, en medio de una tragedia mundial, como la pandemia del Covid 19 quiera estudiar remotamente una carrera como esta? La respuesta, para mí, es el deseo y a Natalia eso la moviliza.
Cuando estuvo en la clase de principios de actuación II, tuvimos la fortuna de retornar al aula y fue ahí, donde por primera vez, después de casi dos años de encierro, pudimos estudiantes y maestros, volver a vernos a los ojos. Los de Natalia siempre han sido grandes, brillantes y hermosos, sin embargo, en ese momento, se sentían apagados y tristes… Durante el proceso eso fue cambiando y al finalizar el semestre su mirada fue distinta y su presencia empezó a fortalecerse. Con la intención de seguir fortaleciendo esa presencia, recuerdo haberle sugerido matricular la clase de acciones físicas y la de improvisación teatral, pero para mi sorpresa, ella matriculó la técnica básica de clown, en la cual yo era uno de los profesores.
En esta clase se invita a los estudiantes a navegar a partir de su propio yo, para construir un personaje payaso, que, en últimas, es la exaltación física y emocional de quién y cómo es cada uno. Palabras como autoimagen, el propio cuerpo, la vulnerabilidad, el propio ridículo, entre otras, se fueron entretejiendo a medida que el curso avanzaba y Natalia logró, además de hacer tres escenas poderosas y cómicas, reafirmar una presencia única, una manera particular de estar en la escena, pero, sobre todo, agudizar su escucha.
Con herramientas más sólidas y con la claridad que permite un camino ya allanado, Natalia entró al ensamble del ciclo 2230 que codirigí con Carolina Mejía Garzón. La propuesta era llevar a escena el texto En la raya, del Teatro La Candelaria, con dramaturgia y dirección del Maestro Santiago García. En esta pieza, un grupo de teatro
de una organización social, conformada por habitantes de calle, deben montar la obra Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, para mostrarla a un grupo de personas importantes del gobierno local y de otros países. Por supuesto, la mesa estaba servida para que ocurrieran las situaciones más disparatadas con este grupo de artistas aspirantes a actores. Natalia desarrolló un personaje con unas particularidades específicas que llegaron a feliz término por su tenacidad y disciplina. Los ensambles, nos invitan a asumir la creación en colectivo a partir de un objetivo común y en ese sentido Natalia siempre estuvo presente y dispuesta a colaborar en el montaje. Al final del proceso hablamos sobre la importancia de seguir profundizando en el trabajo vocal y ella acató de la mejor manera las sugerencias.
En ese ensamble fue la última vez que compartimos como profesor-estudiante, pero no por ello he dejado de seguir sus pasos dentro de la carrera. Me contó que estuvo de intercambio en Barcelona, en donde a mi modo de ver, fortaleció aún más su presencia y su carácter. Creo que los viajes te permiten, aparte de respirar nuevos aires, dejarte permear por las fuerzas con las que te vas encontrando. He podido apreciar en Natalia, por ejemplo, en el ensamble de teatro gestual del ciclo 2430 a una artista con una presencia sólida, una presencia que navega por distintas posibilidades o cualidades como la de la liviandad, la del peso extremo, la de la vibración, entre otras. También la pude apreciar en su cierre de clase de acciones físicas y pude notar su fuerza y su precisión con el movimiento-acción y con la palabra.
Ahora, adportas de terminar este pequeño viaje, debo decir que celebro haber sido testigo de ello y a Natalia recordarle que no deje nunca de preguntarse por su quehacer, que no detenga sus intentos por comprender las dinámicas de su cuerpo, de su ritmo interno… Percibo que ahora su mirada es clara, profunda e inmensamente más brillante y por donde vaya podrá iluminar las rutas que emprenda.
¡Le auguro lo mejor!
Evaluación de profesores
Olga Lucía Cruz
Profesora de Planta . Departamento de Artes Escénicas
Facultad de Artes – PUJAV
«Natalia es poderosa en el escenario, muy observadora, perseverante, sarcástica y capaz de matizar sagazmente entre la ternura y la dureza.
La animo a continuar profundizando en el poder de su mirada y su vulnerabilidad en el escenario, pues son aspectos de su ser actriz y clown que la podrían sorprender aún más en sus búsquedas escénicas».